Arquitecta uruguaya, reconocida internacionalmente por su actividad académica y profesional vinculada a los temas de género.
Charna Furman nació en Montevideo el 12 de diciembre de 1941. Ingresó a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República –UdelaR– en 1961 y se tituló en 1973.
Su lucha y compromiso con los cambios sociales comenzaron desde que era estudiante. De 1961 a 1969 participó activamente en el CEDA, el Centro de Estudiantes de Arquitectura del que fue delegada representando a la Facultad en los plenarios de la FEUU –Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay– y a Uruguay en Congresos Internacionales; La Habana en 1963, Buenos Aires en 1964 y 1969 entre otros. Fue integrante de la Comisión de Cultura en 1968 y una vez egresada, Delegada a la Comisión Universitaria de Vivienda para funcionarios de la Universidad.
En 1968 ingresó en la plantilla universitaria en calidad de Asistente de Investigación en el Servicio de Climatología de la Facultad en donde trabajó hasta 1974, año que fue destituida por la Dictadura Militar debido a su actividad gremial y política. Charna Furman sufrió prisión política desde octubre de 1975 hasta febrero de 1980.
Con la vuelta a la Democracia en 1985 se reintegró a la Facultad como Ayudante de Investigación y responsable del área de Proyectos de Vivienda para sectores individualizados de población en la UPV, la Unidad Permanente de Vivienda.
La gestión social del hábitat, la vivienda, el cooperativismo como sistema de acceso a una vivienda digna y a la ciudad, así como la pobreza urbana y la exclusión, fueron temas que abordó desde la perspectiva de género y que ocuparon desde entonces un lugar prioritario en su actividad académica y de extensión con el medio.
Charna Furman fue la arquitecta responsable del proyecto, la ejecución y la gestión de MUJEFA, una exitosa Cooperativa de Vivienda ubicada en la Ciudad Vieja e integrada por 12 hogares con mujeres como cabeza de familia. El proyecto MUJEFA –Mujeres Jefas de Familia– que comenzó en 1990 con la conformación de la cooperativa y finalizó con las obras de reciclaje en 1997, formó parte de un programa piloto impulsado por la Intendencia Municipal de Montevideo –IMM– en 1990.
Sobre este programa que consistió en facilitar fincas de valor patrimonial e histórico en barrios céntricos de la ciudad para –mediante obras de rehabilitación– solucionar el acceso a la vivienda de sectores de bajos ingresos, Furman expresa:
(…) dicho plan se lleva a cabo para demostrar que es posible radicar población de bajos recursos en los barrios históricos de la ciudad, en contraposición a las políticas que promueve el gobierno central de llevar adelante programas de viviendas en zonas muy alejadas del centro. Montevideo es una ciudad cuya población no crece. Sin embargo, la ciudad cada vez se extiende más. A veces con casitas humildes, otras con asentamientos precarios o «cantegriles» (villas-miseria). Eso sucede porque cada vez hay más sectores de población que no pueden pagar los altos precios de los arrendamientos.[2]
Por todo lo que implicó este proyecto –la gestión cooperativa y la auto-construcción por ayuda mutua, la restauración de un inmueble patrimonial para uso de vivienda colectiva, la renovación urbana del área central de la ciudad y las mujeres como protagonistas– MUJEFA ha sido reconocida y valorada internacionalmente. Ha obtenido premios y ha sido objeto de publicaciones, conferencias y trabajos de investigación.
El proyecto fue seleccionado entre los cinco finalistas para el Premio Mundial de Hábitat 1995 otorgado por la Building and Social Housing Foundation del Reino Unido y elegido para integrar las presentaciones de Mejores Prácticas del Con Sur en el Foro Iberoamericano y del Caribe de Mejores Prácticas –Córdoba, Argentina 1997– y en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 1998.
Sobre MUJEFA en concreto Charna Furman impartió conferencias tanto a nivel nacional como internacional (en Frankfurt, Hamburgo, Berlín, La Habana, Madrid, etc.), también sobre la generación de políticas públicas con perspectiva de género, la importancia de la rehabilitación urbana o las mujeres y el cooperativismo de vivienda.
El factor género fue introducido por Charna Furman, arquitecta responsable del proyecto: la situación de los hogares con jefatura femenina era un fenómeno en rápido aumento, vinculado al empobrecimiento y la urgente necesidad de soluciones habitacionales adecuadas. Las mujeres son las responsables en general de las tareas de reproducción además del trabajo productivo. Cuando se trata de mujeres solas con niños, todas las tareas deben ser realizadas por éstas, lo que genera la necesidad de permanecer en barrios centrales donde pueden cumplir mejor con su doble jornada laboral. [1]
Esta arquitecta también ha teorizado y realizado trabajos de investigación –desde la UPV– sobre la feminización e infantilización de la pobreza, soluciones habitacionales para adultos mayores y la importancia de vivir en el centro urbano.
Su defensa por los derechos de la mujeres a la vivienda y la ciudad se pone de manifiesto con su participación en organizaciones y numerosos congreso y seminarios, que como asistente o conferenciante, marcaron su actividad durante más de diez años: Desde 1992 integra la Red Mujer y Hábitat de HIC –Coalición Internacional para el Hábitat–, fue la fundadora en 1994 de la ONG Instituto de Vivienda para la Mujer –IVIM – y su presidenta en 1996. Ese mismo año integró el grupo Género y Pobreza de la Comisión de Seguimiento de la Conferencia de Naciones Unidas sobre la Mujer de Beijing, y en el 2000 integró la Secretaría de Género, Ciencia y Tecnología impulsada por Naciones Unidas y el CONYCIT.
En 2001 trabajó desde la UPV y en convenio con Red Mujer y Hábitat y la Comisión de Seguimiento de los Compromisos de Beijing en el proyecto de monitoreo y seguimiento del Programa de Integración de Asentamientos Irregulares, PIAI. Un estudio de caso sobre el rol de las mujeres que realizó conjuntamente con la arquitecta Silvana Pissano.
Su aporte a las cooperativas de vivienda desde una perspectiva de género lo realizó también como delegada de la Cooperativa de Viviendas OLIMAR –1998–, con el objetivo de impulsar la Comisión MUJER de FECOVI, comisión que se conformó y de la que Furman formó parte. Como integrante de IVIM, participó en el Proyecto de Regularización de dos asentamientos irregulares bajo un programa de la IMM –1997–, en el Asesoramiento a las Cooperativas ENTRELUNAS, COVISFRAN Y PIRAMIDE –desde 1997–, y en la gestión del proyecto de urbanización para la cooperativa de vivienda COVIPOLO. Fue también co-responsable del proyecto para la creación de microempresas de mujeres junto a la cooperativa MUJEFA para la fundación Marie Schlei de Hamburgo, Alemania.
En el año 2001 el Consejo de la Facultad de Arquitectura la nombró su representante en la Red Temática de Estudios de Género de la UdelaR. Charna Furman había integrado previamente el grupo de trabajo que impulsó la creación de esta Red.
Su actividad docente dentro de la UdelaR se centró principalmente en cursos de actualización y especialización para graduados sobre temas habitacionales, sistemas de producción para sectores de bajos ingresos, cooperativismo, tecnologías alternativas y de reciclaje para la vivienda social.
Furman es autora de libros y capítulos sobre estos temas, entre los que destacan: Mujefa ya tiene casa: un proyecto piloto y sus impactos en el Uruguay (Montevideo 1996); Soluciones habitacionales para personas adultas mayores artículo en Vivienda Popular No. 2 (UPV Fac. Arquitectura, Montevideo, 1997); Nuevas ecuaciones sociales. Como responden las políticas habitacionales, artículo en Género, familia y políticas sociales (Ed. Trilce, Red Género y Familia. Montevideo, 2007); Políticas de vivienda y hábitat. Las necesidades de las mujeres y de los nuevos arreglos familiares siguen sin ser contemplados, artículo en Políticas públicas, propuestas y estrategias desde una perspectiva de género y familia (Red Género y Familia, Montevideo 2000).
El activismo fue y sigue siendo parte de la vida de esta arquitecta. Sus experiencias vitales, individuales y colectivas –como mujer, presa política y arquitecta– le han llevado a involucrarse en proyectos como “Marcas de la memoria” un proyecto que busca preservar la memoria histórica desde una perspectiva urbana, o el documental “Memoria de Mujeres” sobre la Cárcel de Punta Rieles.[3]
Mi primera inquietud fue como arquitecta, porque quería estudiar el edificio que, en principio, no fue diseñado para cárcel sino que estaba destinado a un noviciado de la Compañía de Jesús. Curiosamente, su estructura se adaptó muy bien para el funcionamiento de una cárcel. Después comenzamos a trabajar en otros dos temas: las formas de represión y las estrategias de resistencia que vivimos las mujeres en esa cárcel (…)
Charna Furman está jubilada de la Universidad y de la actividad profesional desde el año 2004. No obstante, sigue siendo una referente activa en distintas organizaciones sociales en las que participó y participa actualmente de manera voluntaria: Fue integrante de la Comisión de Bienestar Social de la Asociación de Jubilados Profesionales –2006 a 2008– y referente de la Comisión de Vivienda del Concejo del Centro Comunal Zonal, CCZ3 –2011 a 2013–.
Es desde 2007, integrante de la Comisión para la instalación de “Marcas de la Resistencia a la Dictadura 1973-1985”; Concejala representante del Complejo Bulevar –la cooperativa donde vive– desde 2011; Representante del Concejo del CCZ3 en el Concejo del Barrio Goes desde el 2013 y también desde 2014 del Concejo Vecinal en la Comisión del Barrio Reus Norte, declarado Patrimonio Nacional.
UN DIA | UNA ARQUITECTA 2 
Comparto con la Arq. Charna Furman la amistad de la Arq. cubana Madeline Menendez; me encanto conocer su valorable trayectoria.
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